Comer en familia, un hábito saludable para el desarrollo infantil
El ritmo de vida frenético que vivimos en la actualidad provoca que dejemos de lado aspectos fundamentales en nuestro día a día como la alimentación. A pesar de la dificultad que supone conciliar los horarios es importante que tengamos tiempo de comer en familia y contarnos cómo nos ha ido el día.
Una de las razones más relevantes de comer juntos es que permite “la interacción social y la convivencia”.1 Comer en familia no es un mero acto de saciar el hambre sino que reunirnos en torno a una mesa en familia engloba un significado más trascendente: comunicarnos, escucharnos y expresarnos. El mejor ejemplo para nuestros peques somos nosotros mismos por lo que la comunicación en familia es necesaria para que nuestros hijos también aprendan a expresarla. Existen, además, muchos más beneficios de comer en familia. ¡Conócelos!
1. Trasmisión de buenos hábitos
Se trata de un buen lugar para la educación de los más peques. Los niños aprenden por imitación así que el papel que desempeñan los padres en su educación nutricional es determinante para su futuro. A grandes rasgos existen dos etapas en su educación alimentaria, una proactiva y la otra vivencial. En la primera de ellas son los peques los que cumplen con un rol activo. Una buena manera de fomentar el hábito de comer juntos pasa por la participación de los niños en la elaboración de recetas para comer en familia. En la etapa vivencial somos nosotros los que tenemos que dar ejemplo ya que somos su referencia para que adquieran buenos hábitos alimenticios .
Entre los beneficios de comer en familia están la interacción social y la prevención de futuros trastornos alimenticios.
2. Prevención de trastornos de conducta
Comer en familia a menudo se considera un factor de prevención frente a determinados problemas de salud, alimenticios o trastornos de conducta.2 Reunirnos en torno a la mesa favorece un buen clima y mejora la autoestima. El hecho de compartir una comida es mucho más que disfrutar de un rico alimento por lo que es importante desvincular la utilización de la alimentación como premio y que aprendan a disfrutar de ella.
3. Favorece la unión familiar
Otra de las ventajas de comer juntos es que cada miembro de la familia llega a conocerse mejor, ayudando a que nuestros hijos desarrollen una salud emocional equilibrada. Comer en familia debe llevarse a cabo sin dispositivos tecnológicos que distraigan ya que tiene que ser un momento para conversar y reforzar los vínculos y un espacio donde se fortalezca la autoaceptación.
Es importante que los padres sean los primeros en disfrutar de la comida para que nuestros peques también lo aprendan a hacer y reforzar así los buenos hábitos alimenticios y la unidad y cohesión familiar. A través de ella se establecen vínculos emocionales cercanos entre padres, hermanos, abuelos y los diferentes miembros de la familia y se transmiten los valores a los más pequeños, construyendo así su sentido de identidad.
Fuentes:
- El Grupo de Revisión, Estudio y Posicionamiento de la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas (GREP-AEDN).
- Fiese, B., Tomcho, R., Douglas, M., Josephs, K., Poltrock, S., & Baker, T. (2002). A review of 50 years of research on naturally occuring family routines and rituals: Cause for celebration? J Fam Psych, 16(4), 381‐390.
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