Comer en familia, un hábito saludable para el desarrollo infantil
Alimentación
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El actual ritmo de vida dificulta conciliar los horarios con los de nuestros hijos y provoca que tengamos menos tiempo para comer en familia, afectando a la interacción social y la convivencia. Pero reunirnos en torno a una mesa tiene muchos más beneficios.
- Transmisión de buenos hábitos: en la educación alimentaria de nuestros peques existen dos etapas: una proactiva, donde ellos cumplen un papel activo y se fomenta el hábito de comer juntos, y una vivencial, donde los padres son el referente para adquirir buenos hábitos.
- Prevención de trastornos de conducta: es importante desvincular la utilización de la alimentación como premio y que aprendan a disfrutar de ella.
- Favorece la unión familiar: al comer en familia se desarrolla una salud emocional equilibrada. Debe hacerse sin dispositivos tecnológicos que distraigan.
Comer en familia debe ser un momento para reforzar los vínculos, transmitiendo los valores a los más peques y construyendo así su sentido de identidad.