Durante el embarazo es fundamental seguir una dieta equilibrada y que garantice el aporte correcto de calorías y proteínas; así como una serie de minerales y vitaminas necesarios para el desarrollo del bebé, como el yodo, el calcio, la vitamina D y el hierro.

Por otro lado, también es importante saber que hay alimentos que no pueden comer las embarazadas; por motivos de seguridad alimentaria o porque podrían ser perjudiciales para el feto. Entre ellos se encuentran ciertos tipos de quesos, las cremas dulces, las salsas refrigeradas preenvasadas, los huevos crudos y poco cocidos, las carnes crudas y poco cocinadas, el hígado. También los pescados con alto contenido en mercurio, el marisco, las comidas preparadas frías, el alcohol y la cafeína.