El paso de la leche materna a la leche de fórmula es un momento importante en la alimentación del bebé. Siempre que sea posible, aconsejamos que el cambio no se haga de golpe.
Lo mejor es que la transición entre la leche materna y la de fórmula sea gradual, sustituyendo poco a poco las tomas de leche materna por el biberón. Así, el bebé se irá acostumbrando poco a poco a su nuevo tipo de alimentación para que no le resulte tan chocante, y sus padres también tendrán tiempo de adaptarse al cambio.