La recomendación de los expertos en alimentación del bebé es esperar como mínimo a los 12 meses de edad antes de introducir la leche de vaca, y a ser posible hasta los 3 años.

Hasta ese momento, podemos seguir con leches de continuación o empezar con las fórmulas 3 o de crecimiento.

El motivo por el que no conviene darles leche de vaca antes de tiempo es que el sistema digestivo y renal de los bebés todavía está desarrollándose, y la cantidad de sales minerales y proteínas de la leche de vaca puede ser excesiva para ellos. Además, la leche de vaca es rica en grasa saturada y pobre en hierro y ácidos grasos esenciales.